En la riqueza arquitectónica colonial que alberga el municipio , destaca la Torre del Rollo, quizá la más emblemática y característica de Tepeaca

En nuestra séptima entrega de los aspectos históricos más relevantes de Tepeaca, a escasos días de la celebración de los 500 años de la fundación española, TepeacaNoticias.com comparte la historia de El Rollo, la construcción colonial más emblemática y conocida de nuestro municipio en el país y Allende las Fronteras.

La torre del Rollo se edificó en la plaza principal con el fin de albergar a las autoridades coloniales y como torre de vigilancia, y picota donde se impusieron las nuevas leyes . Ahí impusieron correctivos a los indigenas , así como para exponer a la vergüenza pública sus acciones .

Desde que Tepeaca se convirtió en provincia regida por un alcalde y un corregidor, se podía ver desde El Rollo a distancia si grupos invasores se acercaban a Tepeyacatl.

El Emblemático Rollo también se utilizó para comunicar y leer los Edictos los Decretos Reales a los Naturales para comunicarles las leyes, sus obligaciones y sus castigos por no sujetarse a las ordenanzas, además se utilizó para purgar condenas quienes cometían todo tipo de delitos se les prueba de ello son las argollas de hierro forjado sujetados en en sus 8 lados y las personas los podían agredir sin tocarlos como escupirlos, orinarlos, cuando eran delitos menores y cuando eran mayores los azotaban durante 2 0 3 días, el rollo también fue conocido como el símbolo de la esclavitud.


Se promulgaron las primeras leyes, entre las cuales la “esclavitud de los indígenas” marcándolos como reses con una “G” que significa Guerra (dicho fierro se encuentra en el museo Casa de Cortes)

El Rollo fue construido en 1559 por indicaciones del alcalde , el Mayor Francisco Verdugo ,es estilo morisco (musulmanes españoles) con detalles góticos similares a los de la torre de oro de Sevilla en España, pero en menor proporción, con influencia mudéjar, ventanas geminadas moriscas su escalera es de forma de caracol de piedra con 40 escalones, tiene una altura de 17 metros y un ancho de 25 de forma octagonal se conecta por túneles al convento y casa de Cortés.

En la plataforma del Rollo se encuentran 4 animales en postura sedente cuyo pelaje esta trabajado a manera de plumas era un símbolo “precioso “son unas de las primeras esculturas de arte colonial indo cristiano elaboradas por escultores indígenas con técnicas y modelos europeos con apariencia de vigilante expectante, se observa una melena con incisiones que simulan ondulaciones las cuales se acentúan a mitad de cuerpo como si fuera una figura leoninas símbolo de poder en Europa se observa pelaje que simula plumas mismos que cubre la superficie del lomo hasta las patas, muy similar al coyote emplumado, los perros muy representativos en la cultura mexicana considerados como símbolo de fidelidad y guardianes del agua; formaban parte de la fuente que abastecía el agua en Tepeaca.

Se dice que el total de estas esculturas eran 12 una de ella exhibida en el Museo de Churubusco deben de ser las que actualmente custodia el Museo Nacional del virreinato, en Tepotzotlán.



En el Rollo de Tepeaca , en 1559 se instaló el primer reloj público de Latinoamérica donado por la corona española su elaboración y origen es alemán.


En su paso por Tepeaca la Marquesa Leonor de Carreto Marquesa de Mancera esposa de Antonio Álvarez de Toledo y Salazar designado Virrey del Virreinato de Nueva España vio como castigaban a los naturales en el Rollo y quedó muy horrorizada de ver este maltrato.

“Dijose que, siendo Virreina cuando le iban a pedir una cosa y se enfadaba ,decía: vayan al rollo de Tepeaca” invito a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana (posteriormente Sor Juana Inés de la Cruz) a la corte del Virreinal en 1664 y ser tutora de su hija María Luisa Álvarez de Toledo lo que le permitió seguir sus estudios ya que la Corte Virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato, acudían teólogos ,filósofos, matemáticos historiadores y todo tipo de humanistas seguir hasta su ingreso al convento siendo muy querida por la Marquesa, cuando su esposo el virrey de Márquez termino su periodo virreinal de mandato en la Nueva España cuando iban de México a Veracruz para su regreso a España.

La Marquesa se empezó a sentir mal y murió en Tepeaca el 21 de abril de 1674, el Márquez no permitió sepultarla en el panteón de los virreyes en la ciudad de México, siendo sus funerales en Tepeaca lo que originó que Sor Juana Inés de la cruz escribiera a su protectora la Marquesa de Leonor de Carreto, dedicándole 4 poemas uno durante su enfermedad y 3 más cuando la marquesa murió en la ciudad de Tepeaca.

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