Ha pasado ya bastante tiempo desde que en octubre de 2008, una start-up sueca presentara al mercado un servicio de música en streaming a la carta con el que se ofrecía al usuario la posibilidad de escuchar música sin límites mediante un modelo de suscripción: había nacido Spotify. En aquel entonces muchos observaron esta iniciativa de Daniel Ek como suicida y no le dieron muchas posibilidades de éxito, pero a toro pasado te podemos confirmar que no sólo sí que lo ha tenido, sino que además ha contribuido a cambiar la forma mediante la cual consumimos música. En la época eran pioneros, pero ahora se baten el cobre con rivales del calibre de Google (y parece que en breve Amazon), entre otros muchos.